Por esta razón, es muy recomendable tener este factor en cuenta a la hora de realizar una reforma en nuestro hogar y adaptar estas mejoras energéticas con las que hacer nuestra vivienda más eficiente y reducir sus emisiones de CO2 y, por supuesto, disminuir el coste de las facturas a final de mes. En este sentido, por ejemplo, una vivienda de 100 metros cuadrados con certificación energética G puede suponer al año 1500 euros más en concepto de gas y aire acondicionado que otra igual con certificación B.
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